Kaylene ha sufrido varios traumatismos a causa de un inexplicable accidente de coche, por lo que permanece ingresada unos días. La enfermera que tiene a su cargo se ofrece a continuar los cuidados en su domicilio, hasta que pueda valerse por si misma. Lo que ni su marido ni ella imaginan es que la enfermera no es quien dice ser y tiene un plan oculto que ha puesto en marcha desde que llegaron.

El líder de la iglesia, popular y carismático Hamilton Spears, se suicida. Su hija Hanna no se llevaba bien con él. La única cosa que les mantenía juntos era su nuevo novio, Oliver. Cuando se encuentra evidencia que apunta a una conspiración de la iglesia y las amenazas hacia su padre, está decidida a demostrar que la muerte de Hamilton fue un asesinato no suicidio. A medida que se acerca más a la verdad, se da cuenta de que su propia madre puede estar implicada en el asesinato de su padre ... y que el chico del que está enamorado puede ser el hijo de su asesino.