La temporada de 1976 pasó a los anales de la historia de la Fórmula 1 por el encarnizado duelo protagonizado por el austriaco Niki Lauda y el inglés James Hunt. El primero, piloto de la escudería Ferrari, tenía fama de ser analítico, frío y calculador y de la manera que arrancó el campeonato, con cuatro victorias en las primeras seis carreras, parecía difícil que alguien pudiera plantarle cara ese año. James Hunt por su parte, piloto de la escudería McLaren, era un joven con fama de seductor, impetuoso y visceral, y había arrancado la temporada con problemas de todo tipo. Sin embargo, todo cambiaría en la décima carrera del campeonato, el Gran Premio de Alemania.

Patty Montanari es una joven viuda con tres hijos a su cargo. Cuando las cosas empiezan a ponerse económicamente feas para ella, decide empezar a trabajar para la mafia. Lo que no imaginaba es que acabaría enamorándose de Frank Russo, uno de los capos más peligrosos de Brooklyn.

James (Colin Farrell), el más inteligente de una promoción que está a punto de ingresar en la CIA, considera su trabajo en la Agencia como una forma de eludir la rutina diaria. Antes de convertirse en Oficial de Operaciones, tendrá que superar un curso especial para adquirir los conocimientos de un experto veterano, pero aprende rápidamente los entresijos y las reglas del juego. Lo malo es que se enamora de Layla, una de sus compañeras. Cuando James comienza a cuestionarse su papel en la Agencia, su jefe (Al Pacino) le encarga una misión especial para desenmascarar a un topo.

Durante la gran depresión, una niña neozolandesa huye de la casa donde vive con sus tíos en busca de su padre, un granjero que abandonó la granja para buscar trabajo. Durante su travesía, la chica se encuentra con un veterano de la Primera Guerra Mundial que huye de la policía. Juntos recorren las tierras de Nueva Zelanda, viviendo como vagabundos, mientras una amistad muy especial se desarrolla entre ellos.