Un corrupto militar pone en las calles unas innovadoras y peligrosas armas. John Hery (Shaquille O'Neal), un diseñador de armas que trabaja para el ejército norteamericano, se convertirá en la única esperanza que tendrán los desesperados ciudadanos para luchar contra las bandas que asolan las calles. Contará para ello con la ayuda de una experta en electrónica (Annabeth Gish) y la imaginación de un trabajador del metal (Richard Roundtree). Ambos prepararán un equipo de acero con el que Hery podrá enfrentarse en una despiadada guerra en las calles para detener al militar.

Melvin Udall, un escritor obsesivo y maniático, es uno de los seres más desagradables y desagradecidos que uno pueda tener como vecino. Pero, un buen día, tiene que hacerse cargo de un perro al que odia a muerte. La presencia en su vida del animal ablandará su corazón.

Los Ángeles. Dos hombres son asesinados de forma idéntica mientras practican sexo con una prostituta. La sargento Peg Peckham es trasladada de antivicio a homicidios para encargarse del caso. Peg está decidida a atrapar a la culpable y le pide a su novio David, psicólogo de la policía, que intente trazar un perfil de la asesina. Mientras, David empieza a sentirse atraído hacia una nueva y misteriosa paciente, Felicity, una chica amnésica que sufre pesadillas recurrentes en las que mata a sus amantes durante el coito. Aunque la conexión con el caso de Peg parece obvia, Felicity no cuadra con el perfil psicológico de la asesina, y su exuberante belleza altera el buen juicio de David.

Invierno de 1988, Harrisburg. Russ Richards, el hombre del tiempo de una televisión local, ha quebrado tras meterse en un ruinoso negocio de motos de nieve. Desesperado, trata de convencer a su amante, una azafata que da por la tele los números de la lotería del estado, para que amañe los resultados. (FILMAFFINITY)

Tras el telón de fondo de una campaña electoral, el detective Matt Sikes y su compañero "Recién Llegado" George Francisco examinan cuidadosamente los restos de dos crímenes, aparentemente no relacionados, cometidos por los extraterrestres. Ambos parecen tener algo en común: un vínculo con Udara, un grupo terrorista de nuevos alienígenas, supuestamente disuelto mucho tiempo atrás.