Dix ans après avoir été poussé dans un puits, un jeune homme tue les brutes du quartier qui l'ont tourmenté et laisse des parties de leur corps comme cadeaux pour la seule fille qui a été gentille avec lui.

Dos jóvenes dejan volar su imaginación en experiencias sexuales, hasta que por fin a uno de ellos se le hace realidad su sueño.

La vida universitaria es maravillosa... tías buenas cortas de mente y musculitos tontos de baba, litronas vacías, fiestas que nunca acaban y mucho sexo. Con sus padres de viaje la vida de Jack es cualquier cosa menos aburrida. En el día después de la gran fiesta, Jack y su colega Travis descubren que dos de sus amigos... ¿Están muertos? Y lo que es peor. Los padres de Jack acaban de llamar anunciando que vuelven de sus vacaciones antes de lo previsto y necesitan que les vaya a buscar al aeropuerto en 3 horas. Demasiadas cosas por hacer y Travis se pone manos a la obra, a los dos colegas se le unen dos tías buenas, varios tíos idiotas, una fulana, los muertos misteriosamente reviven y el tiempo se acaba.

Charlotte Cory (Connie Nielsen), una joven que se encuentra en el corredor de la muerte, mantiene una relación epistolar con Frank Nitzche (Aidan Quinn). Mientras, su abogada (Kelly Preston) intenta por todos los medios conseguir la apelación antes de que se agote el plazo. Unos días antes de la ejecución, Frank se da cuenta de que se ha enamorado de Charlotte y también de que en la vida de la joven hay mucho más que las trágicas circunstancias que la llevaron a la cárcel. Frank, convencido de que la vida de Charlotte está en sus manos, intenta encajar todas las piezas del rompecabezas para poner de manifiesto la verdad antes de que sea demasiado tarde.