Vienne, au début des années 30. Une nuit, Sigmund Freud a un nouveau patient sur son canapé : un mystérieux comte qui ne supporte plus son « éternellement longue » relation avec sa femme. Le comte explique au professeur que la comtesse se plaint sans arrêt du fait qu’elle ne puisse se regarder dans un miroir. Non conscient que le comte et sa femme sont des vampires, Freud présente son patient mystérieux à un jeune peintre, Viktor, qui réalise un portrait exprimant ce qu’un miroir n’aurait jamais pu faire. En rendant visite au peintre, le comte tombe sous le charme de Lucy, la petite amie de Viktor...Bien plus que ce dernier et que la comtesse ne l’auraient désiré.

Mientras que Paul, un empresario instalado en Berlín, se va de viaje a Hong Kong, su madre abre una carta que le informa que será padre y, sin consultarlo, decide ir a conocer a la chica...

Peter y Erika son un matrimonio feliz. Él es un hombre atento y generoso que se desvive por los demás. Le construye una casa a sus padres y, a cambio, éstos lo dejan sin vivienda y sin trabajo, mudándose precipitadamente después de vender el negocio familiar y la casa. Él y Erika deciden entonces trasladarse a Munich, donde Peter, obsesionado por demostrar su amor a su esposa, que lo quiere incondicionalmente, se va endeudando poco a poco.

Erna Krawinkel (Erni Mangold) , una anciana que vive en una residencia,va a celebrar su cumpleaños. Básicamente una razón para ser feliz, pero Erna no quiere participar en ninguna celebración. Es por lo que desaparece sin decir nada a nadie. Katja Baumann (Simone Thomalla) quiere ayudar a la anciana, pero ambas terminan en una casa en una montaña que es la casa de los padres de Erna. Juntas pasan la noche en la casa. Katja hace que Erna hable de su pasado y de su historia familiar.

Basado en el caso de la vida real de Natascha Kampusch, la niña austriaca que fue secuestrada y mantenida en cautiverio durante ocho años. El 2 de marzo de 1998, Natascha, de diez años, iba camino del colegio en Viena cuando fue secuestrada por Wolfgang Priklopil, un técnico de telecomunicaciones en paro de 36 años, que la raptó y la ocultó en un zulo de seis metros cuadrados, oculto bajo una puerta acorazada y bajo el garaje de su casa. Fue el principio de uno de los casos policiales y mediáticos más comentados de la última década.